¿Por qué poner a las personas en el centro del proptech?, esa es la pregunta sobre la que vamos a tratar de exponer datos para entender la importancia de la respuesta a esa pregunta.

Nadie duda ya de la eclosión del proptech, que no es otra cosa que aplicar tecnología al sector inmobiliario. Tampoco nadie duda que las empresas deben poner en el centro de sus operaciones, del desarrollo de su día a día o del desarrollo de nuevas ideas a sus clientes y sus necesidades, cada vez más cambiantes.

Pero, empecemos por el principio para poder entender la necesaria transformación del sector. Hace algo más de 20 años, se empezó a aplicar tecnología al sector inmobiliario de una manera más generalizada, aparecieron las primeras secciones inmobiliarias en webs de buscadores y al tiempo aparecen los primeros portales inmobiliarios, fue toda una revolución. Poco después aparecen los primeros CRM inmobiliarios y los primeros softwares de valoración de inmuebles, aunque eran muy rudimentarios. Y aunque las tecnologías o internet todavía estaban en una fase poco desarrollada, por ejemplo, los móviles no disponían de internet, empieza a desarrollarse todo un ecosistema digital en el sector inmobiliario, pero ese estado de falta de desarrollo tecnológico provoca que todavía no se impongan las aplicaciones tecnológicas o modelos de negocio pensados para que el consumidor sea el centro de todo. Casi toda la tecnología se aplicaba a dar servicio a los intermediarios del sector, a los profesionales del inmobiliario y a poner en un aparador digital el producto, que son los inmuebles, para que quienes buscaban, tuvieran un lugar donde encontrar la oferta, estuvieran donde estuvieran. Los agentes inmobiliarios se empiezan a dotar de tecnología para automatizar sus procesos internos, pero el consumidor no es consciente de dicha aplicación de tecnología, más allá de los aparadores digitales, que no son más que los portales inmobiliarios.

Pero en los últimos 5 años, han aparecido nuevas tecnologías como el Blockchain o se han desarrollado otras que todavía eran jóvenes como el Big Data, la Inteligencia Artificial o el Machin Learning. Esa nueva capacidad tecnológica es lo que ha permitido a todos los emprendedores resolver problemas que ellos mismos se han encontrado. Si hablamos con muchos de los CEOs o Founders de empresas de proptech, nos damos cuenta que, en muchas ocasiones, en la semilla del origen de la idea proptech, en el pensamiento primero que impulsó la creación de una solución digital para un problema del sector inmobiliario, estaba la insatisfacción personal vivida en un momento puntual de la relación de estas personas, con alguno de los procesos que se viven en cualquier transacción inmobiliaria. Y fue esa insatisfacción, esa mala experiencia la que impulsa a estos fundadores a dar solución a su problema, ayudando a todas las personas a encontrar un lugar más confortable desde donde enfrentarse a esa insatisfacción, ya localizada y resuelta gracias a aplicar tecnología o a aplicar un modelo de negocio nuevo, basado en la tecnología.

Por tanto, no se trata tanto de aplicar tecnología a los múltiples procesos que se producen en el sector inmobiliario para digitalizar todo, sino de aplicar mejoras tecnológicas que garanticen ya no sólo la eficiencia y la eficacia de esos cambios y que se contrasten, sino que estos cambios tecnológicos se produzcan acorde a las necesidades personales de aquellos clientes que de alguna manera se deben beneficiar del proptech. Es decir, las nuevas tecnologías y sus aplicaciones nos permiten poner a compradores y vendedores en el centro de la operación.

Como consecuencia de esta marea tecnológica, el Proptech ha crecido tanto que se ha convertido en un movimiento social. Después de estos meses de pandemia que por desgracia aún no han terminado, ha quedado patente que el Proptech es más necesario que nunca, que ha dejado de ser algo de un “futuro cercano” para ser más que una realidad, que no es una moda, que los clientes ya exigen la digitalización del sector, de todos sus actores y de todos los procesos en los que se ven todos los protagonistas inmersos. La obligada digitalización de todas las empresas, de todos los sectores, debido a la reducción de la movilidad de todas las personas, por culpa del Covid-19, nos lleva sin duda a andar, mejor dicho a correr, para que la tecnología nos ayude a dar un mejor servicio a nuestro cliente, estando más lejos de él que nunca.

Ya no podemos decir que el sector inmobiliario es sólo “tochos” y algunas personas que los comercializan. Hemos digitalizado en 3 meses lo que estaba previsto hacer en 5 años y esto sólo refuerza la importancia del proptech. Pero debemos ir más allá, debemos aplicar la tecnología en ser capaces de ayudar al factor humano, de poner a nuestro cliente en el centro de verdad de nuestras operaciones, el futuro del sector pasa por que el Proptech desarrolle tecnologías que nos ayuden a conseguir que nuestros clientes sean autosuficientes en todas las facetas que deseen y se apoyen en el factor humano para encontrar la confianza, confianza en saber que hay alguien detrás para no dejarte caer.

Como decía. el Proptech ha pasado a ser un movimiento social, los usuarios de todos los ámbitos ya no entienden el sector sin que la tecnología, a través de las transformaciones digitales que se han vivido, les ofrezcan productos y servicios que les faciliten la vida en su “viaje inmobiliario”. Ese movimiento ha sumado a todos los actores de la intermediación, ayudando a la digitalización de todos los agentes inmobiliarios, en todas las facetas posibles, incluso en aquellas que sus clientes no ven. Y ese movimiento no podría existir sin los primeros valientes que llevaron la tecnología a muchas de las tareas y sin los muchos valientes que han seguido la estela. En España ya hay más de 350 empresas que están cambiando y transformando el sector, ya hay miles de trabajadores en esas empresas, ofreciendo lo mejor de ellos para los clientes, sean particulares o profesionales.

Y tengo fe que ese movimiento llegue a las administraciones públicas, para que todo el círculo se cierre y la transformación digital del sector sea completa.

Por último, no debemos olvidarnos de aquellos que crean o mantienen el proptech, de esas otras Personas. Sin lugar a dudas el Proptech, que se está convirtiendo en un sector con entidad propia y por tanto en una de las piezas clave del futuro de aquellos países que sean más innovadores (recordemos que el sector inmobiliario es uno de los más importantes en todos los países desarrollados), el Proptech deberá encontrar la manera de consolidar empresas, de potenciar crecimientos y alianzas entre empresas y por supuesto de dar salida a trabajos que actualmente no existen. Es lo maravilloso de la creación, de tener ideas, de innovar, que aparecerán cosas que aún no existen.

Para encontrar o dar salida a esas ideas, no debería bastar con que los fundadores de esas proptech estén resolviendo problemas personales en los que se han visto envueltos en sus experiencias personales con el sector inmobiliario, o en copiar ideas de otros lugares, o en digitalizar procesos actuales tanto de particulares como de profesionales del sector. Hay que motivar a todos los empleados de todas las empresas, hay que pedirles, mejor, hay que exigirles que desarrollen ideas, aunque no sean de su sector específico, hay que ayudarles y darles las herramientas para que esas ideas surjan, se desarrollen y vean la luz. Hay muchas personas con ideas y otras con otros talentos para convertirlas en realidad, por lo que deberíamos dar rienda suelta a la imaginación individual para convertirla en colectiva.

Pero, además, todas las empresas del sector inmobiliario, deberían incentivar a sus trabajadores para obtener ideas basadas en Proptech, ya que les será más fácil tener ideas sobre lo que trabajan a diario, de lo que hablan a diario…

Hay que encontrar la manera de motivarles, quizás haciéndolos partícipes de los beneficios generados por esas ideas, así también verán los costes del desarrollo y mantenimiento de esas mismas ideas, también serán conscientes y partícipes de todas las áreas de la empresa y de todos los procesos inmersos. También se les puede obsequiar con todo tipo de beneficios, aportaciones a planes de pensiones, coches de empresa, fondos para estudios, teléfonos, seguros médicos, gimnasios…, en fin, hay infinidad de posibles pagos en especie. Bajo mi punto de vista, ninguno tan eficaz como hacerlos partícipes de esa nueva “empresa”, por que recibirán “dividendos”, pero también serán conocedores de los costes, serán partícipes de mucho más, y por tanto, se involucrarán mucho más.

Todo esto es pieza clave para volver a poner a las personas en el centro del proptech, pero en otra cara del cubo, las personas, en este caso los que están trabajando en las empresas proptech deben ser la punta de lanza de la innovación en el sector inmobiliario.

El proptech debería ser también un espejo donde mirarse para el resto de sectores, también debe ser por la relevancia que tiene y que tendrá, un sector innovador en la relación con el Talento.

Hay mucho talento por descubrir y por descubrirse a sí mismo, démosles la libertad y la fuerza para poder salir y brillar.

Gustavo Lopez

Director de operaciones del colectivo API en Cataluña